domingo, 28 de septiembre de 2008

Nota en Cronista

Tanto Amor descartable

nota de Romina Bono



“Mi libertad por un novio” relata las aventuras y desventuras de una mujer que luego de estar en la supuesta flor de la edad se encuentra con inconvenientes a la hora de buscar un compañero.

Como presagio sonaba en los ´80s el tema de Virus que rezaba “encontrarte en algún lugar aunque sea muy tarde” y las jóvenes adolescentes movían sus jopos en las pistas sin saber que serían las mujeres solteras de más de treinta del 2000.

En pleno siglo XXI en el que se vanagloria la paridad de la mujer respecto al hombre, el avance de la tecnología que permite dilatar la juventud gracias a las cirugías, cremas y medicinas, y la conquista de espacios, entre otras cosas, frases como “quedó para vestir santos” -cuando luego de pasar los 30 años una mujer aún está soltera. Conserva absoluta vigencia.

“Ser independiente, tener un ingreso digno como para ir de shopping, tomarte los taxis que quieras, hacerte los tratamientos de belleza que se te antojen, y viajar por el mundo, todo muy lindo. Pero cuando llega ese momento de la semana en que podés hacer uso de tu tan holgada libertad (…) lo único que ves cuando salís a la calle son tórtolos canallas besuqueándose frente a tus narices, además de hermosos y felices vástagos hamacados por sus enamorados progenitores y familias `tipo´ sonriendo radiantes (…) Admitámoslo ¡¡¡En ese momento lo único que te interesa, a pesar de ser moderna, feminista y autosuficiente, es casarte y tener un montón de hijos!!!”, casi como un manifiesto a la irreverente soltería la autora da inicio a su libro.

“Mi libertad por un novio” es un anedoctario de diversas citas que tiene Mariana, una mujer independiente y profesional, en un denodado intento por dar forma a una relación. Desde tomar clases de tango hasta participar de foros de Internet, desde un encuentro casual en el colectivo hasta la presentación formal por parte de una amiga. De esta manera, la protagonista de la historia pone en marcha las mil fórmulas posibles que la dejen en la puerta del altar.

De prosa dúctil, la novela está dividida en pequeños capítulos con títulos sugerentes como “El señor del anillo” o “Internet es el camino”, y un apéndice que cuenta con un Test de admisión de hombres, como para detectar al candidato perfecto o para evitar malos tragos.

Relatos con humor, ideales para compartir en tertulias con amigas, al sol primaveral o para transcurrir el viaje de regreso a casa.

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